En las composiciones de Cécile Martial, como atraídas por un corazón secreto que late en el fondo de cada cuadro, las tonalidades y los matices de luz parecen proceder de los amaneceres y crepúsculos de nuestros veranos, y en todos sus lienzos, la arquitectura femenina de las formas se lee a través de una gasa sutil, ligera y misteriosa…