… En una arquitectura barroca y clásica, la asimetría y el desequilibrio irracionales son instantáneamente neutralizados por una contención que les hace encontrar otra lógica que, sin embargo, nunca reprime la expresión del inconsciente, de las realidades superpuestas, de esos mundos secretos que la pintura construye para sí misma, abiertos a cualquier espectador capaz de dejarse llevar a ellos.